domingo, 22 de febrero de 2009

Punto y el broche final


Mira, entre una cosa y otra han sido tres años. Si tres largos años para acabar esta chaqueta. Como dice mi madre cuando está harta, casi "la cojo y la estampo".
Entre hacer, deshacer, hacer otras cosas y no hacer intención cuando empece aún no estaba de moda y al acabar se había pasado. Eso a mi me da igual claro porque yo le pongo mi preciosisimo broche de Depeapá, que me regalé yo a mi misma, y andando.
Nada más acabar ya fui a comprar más lana con mi chaqueta puesta a Lanas Santa Eulàlia (voy a hacer publicidad porque es uno de los pocos sitios donde se pueden comprar lanas decentes y es "la botiga del barri de tota la vida").
Me preguntó una señora cunado aprendí a hacer punto. No lo sé, no me acuerdo, antes de tener uso de razón, seguro.
Cuando mi hermano era pequeño, 4 ó 5 años, también quería hacer punto. Con lo nervioso y exigente que era, cualquiera le decía que no (perdona hermano, te quiero mucho). Nada más y nada menos que un jersey para un click de Famobil (ahora Playmobil). La cosa acabó casi en tragedia y el click desnudo y mutilado.
Historietas familiares y punto.
Hice las muñecas Tamara y Mariona con la lana que sobro de unas bufandas muy preciosas que tuvimos que cortar.
¿Como iba a tirar esa lana tan bonita? con esos colores, ese tacto... Y se me ocurrio esto. ¿A que son graciosas? Pues alguien dijo que parecian de budú ¿A que no? ¿Eh? Siempre hay algún envidioso que tiene que j.. molestar.